Despertó la bella durmiente
y encontró su príncipe convertido en bestia;
se cansó de ser la cenicienta,
se olvidaron los zapatos de cristal
y el vestido no le queda,se ha engordado.
Hoy se miró al espejo y decidió acabar el cuento.
No quiere ser más la mujer de dos sonrisas:
la del 15 y la del 30.
Buscó dos alas prestadas
que Peter Pan,tenía guardadas
pidió permiso y voló un poco indecisa
hoy se encuentra construyendo su propio cuento
más real y no perfecto.
BERTHA
sábado, 30 de enero de 2010
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